Había una vez un papel de pared con muñecas. Muñecas muy fashion, estilo
victoriano. Eran muchas, todo un cuarto. Y ese cuarto era mío.
Y yo, le tenía un miedo cabrón al jodio
papel de pared de las malditas putas esas victorianas.
Mi mama pensaba que era lindo "ay es
que a la nena hay que ponerle lo más lindo, porque es la nena", pero yo lo
odiaba.
Todo comenzó un día cuando en TBS dieron
una película. Era un muñequito que salía por la pared y se trepaba en la cama
de la nena y le tapaba la nariz y la nena medio que se asfixiaba y el muñequito
tenía una espada y había un gato y una pajarito....sabrán de que hablo?
Nada la cosa es que yo me cagué cuando vi
esa película, y mis hermanos me dijeron que mis muñequitas eran iguales, y que
un día me iban a terminar matando.
Así que empecé a no dormir velando las
muñequitas. Estaba toda la noche pendiente a ellas, y a eso de las 3am ya mi
cuerpo no daba pa más na' y caía rendida, para levantarme a las 5am pa ir a la
escuela .Piensen que tenía 6-7 años, no es como ahora que me tiro las de dormir
una hora y ya. Estaba en proceso de crecimiento...
Maltrate a las muñequitas. Quería hacerles
daño porque no me dejaban dormir. Les dibuje bigotes y barbas. Las ponía
tuertas como piratas y les dibujaba pelos en los pocos cantos de carne que enseñaban
pa que se vieran feas.
Pero después en la noche más miedo me
daba, porque pensaba que se ponían más furiosas y que me querían matar con más
ganas.
Nada que a los 8 años dije que ya era
grande que quería que me quitaran el papelito y que me pintaran el cuarto. Pero
en el fondo era que ya no aguantaba más desvelarme por la muñequitas.
Mi papa las quito, un sábado por la mañana.
Que gusto me di arrancando a esas cabronas de la pared. Era mi venganza, iban a
desaparecer por fin.
Me pintaron el cuarto rosita. Y la primera
noche de madrugada me levanto para ir al baño, cuando ve un canto del papel de
las muñequitas. Mi gente yo me di la caga de mi vida y di un grito porque había
pensado que habían vuelto y que yo había llegado muy lejos y esta vez sí me
iban a matar. En eso mi hermano prendió la luz, y me dijo que era una broma, que
no gritara porque mami se iba a levantar y le iba a dar una pela. Debí haber
seguido gritando, pero no lo hice, porque las muñequitas al fin y al cabo si se
habían ido. Mi vida estaba a salvo....o eso pensé yo. Hasta que me contaron los
de los Nenes de Fátima y comencé a desvelarme porque pensé que la Virgen se me
iba a aparecer a mí.
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