sábado, 15 de agosto de 2015

Es que a mi me gusta escribir...

A mí siempre me ha gustado escribir. En Sagrado, siempre había actividades que nos estimulaban la creatividad. Ya fuese en la Semana de la Lengua Española, el English Carnival (uno de mis días favoritos) o la Semana del Descubrimiento. Las competencias de oratoria, de Spelling Bee (mano, en eso yo estaba dura), de dibujos. Esas eran las cosas que a mi si me motivaban en la escuela. Yo realmente no tenía ningún interés en el material educativo como tal. Me aburrían. Pero esas actividades, que tenías que salirte de la normativa, de la caja, esos eran los momentos en que yo me fajaba y brillaba alguito.  

No es por lucirme, pero siempre andaba ganándome libros por cuentos que escribía para estas semanas, y casi siempre todo el mundo se sorprendía. Es que yo jodía con ganas. Era bien bien inquieta, así que asumo que la gente pensaba que yo no podía hacer otra cosa que hablar o correr por la escuela.

En Kinder, para la Semana del Descubrimiento, no pusieron a inventarnos un cuento. Como no podíamos escribir como tal, Tuti (la maestra) nos grabó los cuentos en un cassette y los sometió así. Recuerdo que nos premiaron en la cancha, tempranito en la mañana. Cuando llamaron a los niños de Kinder, anunciaron a Lizzie, Javier Castillo y a mí. Yo estaba tan asombrada como el resto de las personas. Me habían regalado un libro. Mi primer libro: Federico se hizo pis. Era de este niño que comenzaba la escuela, y que estaba muy nervioso y se orinó en el salón. Me parecía increíble que no solo me habían regalado un libro, sino que también era un libro cochino, porque el nene se había orinado, y eso me encantó. No miento si les digo que leí Federico se hizo pis unas 100  veces. Aún lo conservo, en una de esos baúles de recuerdos que tiene mami en casa.

Mami guardaba todas las cosas creativas que yo hacía, y aún tiene muchas.
Su orgullo mayor fue un cuento que hice para la Semana del Descubrimiento en 4to grado. El cuento, evidentemente, lo tiene guardado y de vez en cuando me recuerda “ese cuento que tu escribiste del indio Yuca Buena”.

Resulta que nos mandaron a escribir un cuento cualquier tema que tuviese que ver con nuestra cultura. Yo decidí hacer un cuento sobre una familia de indios taínos que habían logrado sobrevivir todos estos años en un pequeño pueblo escondido es Puerto Rico, y son encontrados por casualidad por unos niños modernos. El cacique se llamaba YucaBuena, y es quién lleva a estos niños por toda la aldea enseñándole los artefactos que ellos utilizaban. Cuando Miss Santa Rosa nos mandó a escribir, yo escribí, y escribí y escribí. La clase ya se estaba acabando, y todos los niños habían entregado menos yo. Ella ya estaba media desesperada porque no me tenía nada de paciencia. Nada. Ni ella ni Miss López de 2do tuvieron paciencia conmigo. Es más, ya en 4to año, cuando era del Fire Drill y me tocaba pasar por 2do a explicarles a los nenes que hacer o a dirigir el Fire Drill, siempre me miraba mal. Y esto no me lo estoy inventando. Esa señora no podía verme ni en pintura. El 4to grado me lo pasé al frente, sola en mi pupitre, porque “ella es muy inquieta y me descontrola el grupo”.

Cuando terminé el cuento, le entregué 7 páginas. Yo asumo a estas alturas, que un cuento de 7 páginas, escrito por la niña más inquieta del salón, era algo inconcebible. Ella estaba bastante asombrada de que yo le hubiese entregado 7 páginas. Es más, Mariné, que era la niña modelo, el ejemplo a seguir, no había hecho mas que cuatro. Yo solo le dije “es que a mí me gusta escribir”. Realmente ella no sabía nada de mí, y tampoco creo que tuviese interés alguno en saber nada de mí. Como les digo, siempre me tuvo sola en el salón.

Los cuentos no los premiaban los maestros de uno (gracias a los dioses del Olimpo), sino que había un comité que evaluaba los escritos, y había que usar un seudónimo.
El día de la premiación, comenzaron a llamar, por orden, de tercer a primer lugar. No recuerdo quienes ganaron el segundo y el tercer lugar. Solo sé que cuando dijeron “Primer lugar: Lyrsa Torres” a mí me dio una alegría indescriptible. Primer lugar! Primer lugar! Antes que Mariné, que Yeisa, que todos los niños de los cuales me tenían sentada aparte, porque yo los dañaba. Yo fui y recogí mi premio. Era un libro sobre historia para niños de 8-10 años.

Al final del día, nos devolvieron los cuentos y yo se lo llevé a mami. Mami tampoco me tenía mucha paciencia, pero a ella sí que no le quedaba remedio y tenía que bregar conmigo. Se lo entregué con el cuento y me preguntó “Que es esto?” “Pues mija, un libro y un cuento. Que Miss Santa Rosa nos mandó a escribir un cuento por la Semana del Descubrimiento y hoy dieron los premios y me lo gané. Primer lugar”. Mami se quedó pasmada. Ella sabía que yo era creativa, pero siempre estuvo cuestionándomela. “Pero…primer lugar? Antes que Mariné?” “Que sí! Que ella no ganó nada. Que fui yo. Yo creo que ella escribió como 4 páginas. Yo hice 7. Ves? 7 páginas. Y me gané eso. Me llamaron delante de toda la escuela”. “Pero, esto te lo dio Miss Santa Rosa?” “Claaaro que no! Tú sabes que ella a mí no me quiere. Eso fue otros maestros, y no tiene mi nombre. Tiene uno de esos nombres que le dicen seudónimo. Tú sabes lo que es eso? Es un nombre que no es tu nombre, así que no saben que realmente lo escribió quién lo escribió. Yo creo que también por eso gané, porque nadie sabía que yo era yo”. Mami leyó el cuento y me preguntó que de donde había sacado esa historia. Le dije que de mi cabeza. Me preguntó que si todo todo lo había escrito yo. Que como había escrito tanto. Le dije lo mismo que a Miss Santa Rosa “mami, es que a mí me gusta escribir”.

Al otro día mami fue a la escuela hablar con la maestra. Ella pensaba que yo me había llevado el libro de algún lado y que todo era una mentira. Miss Santa Rosa le dijo que si, que efectivamente yo había llegado primer lugar. Que me había ganado el libro. Que los había escogido un comité (asumo que como que diciéndole que ella no había tenido nada que ver ahí). Mami se fue bien contenta. Tuvo el cuento dos semanas en la cartera, y cada vez que tenía break. Lo sacaba y me hacía leérselo en voz alta.

Después de eso, mami me puso en cuanta cosa creativa había los sábados por ahí para mí. Ballet (que lo odiaba porque tenía que madrugar, y prefería bailar jazz que ballet), modelaje (es evidente que estas clases NO funcionaron a cabalidad), clases de dibujo, de pintura, Girls Scouts; porque lo académico nunca fue mi motivación. Le tenía tanto repelillo a la escuela, que mami me ve ahora estudiando, leyendo, hablando súper motivada de mis clases y me dice “de cuando acá tú eres así de aplicada?”

Todavía tiene ese cuento en mi caja de “cosas de la escuela de Lyrsa”. En esa caja esta también el comic de Beowulf que hice en cuarto año, la pascua con tela de saco y escarcha de 2do grado. Los angelitos de cerámica que pinté en Guatibirí, mis libretas de Estudios Sociales porque siempre fueron las más limpias y organizadas y las cintas de “Participación” de los Field Days. En eso nunca fui buena, en los deportes. Ni halando la soga que era en corillo.


Hace como 3 años, tuve que coger inglés en la UNE. Me pusieron en inglés avanzado. Yo estaba súper motivada porque pensé que volvería a leer los clásicos: Shakespeare, las hermanas Bronte, Poe…pero no. La profesora era más o menos contemporánea conmigo. Pensé que podíamos clickear porque ella había estudiado sicología en la UPR y su hermana antropología. Pero no fue así. El segundo día nos mandó a leer “Thank you ma’am”. Cuando nos entregó la lectura y la vi, levanté la mano y le dije “excuse me, I read this on the 9th grade” y me dijo “well, read it again”. En ese momento sabía que no había chance, esta era otra Miss Santa Rosa. En las clases subsiguientes, nos mandaba a escribir cosas. Un cuento, un discurso homenajeando a alguien. Siempre decía que escribiéramos dos párrafos o tres. Pero yo nunca le hice caso. Siempre escribía 2 o 3 páginas. Había siempre que leerlo frente a la clase. Siempre ponía cara cuando yo me paraba a leer lo mío. Siempre eran cosas bastante graciosas. El día que había que homenajear a alguien que admiráramos, yo hice un discurso cómico homenajeando a Will Ferrell. Todo el mundo estaba muerto de la risa, menos ella. Al final me dijo “You seem to like comedy”. Yo quería contestarle “No shit!”, pero le dije que “I just like to write”. Pasaron los años, y un cuento que escribí para la clase de “español avanzado” que tomaba justo cuando tomaba ese inglés, y en la cual teníamos que escribir todo el tiempo, va a ser publicado en una revista próximamente. Me gustaría encontrármela y contárselo, para después decirle "Es que a mí siempre me ha gustado escribir”. 

Esta soy yo en 4to grado, para la iniciació de Las Hijas de María. No me veo muy creativa, tampoco me gustaban las fotos (lo ven en mi cara...de hecho ese día lloré porque mis compañeras me dijeron que yo era fea...for real).

En esta estamos Melanie, Yo, Nana y Mariné en el Field Day de Kinder. Como pueden ver, todas están forradas de cintas...yo no tengo na. Evidencia que los deportes no eran lo mío. Es mas, mami siempre me preguntó por qué yo me ponía a participar si nunca ganaba nada. Yo le decía "para tu colección de Cintas de Participación".